LAS VÍAS ENERGÉTICAS
En la contracción muscular, la energía química se transforma en energía
mecánica. Esta transformación se produce a nivel de los miofilamentos. La
energía química la proporciona el ATP (figura 1.1) que es degradado a ADP
por hidrólisis con liberación de energía según la siguiente fórmula:
ATP + H2O = ADP + H+
+ P + E
En esta fórmula E representa la energía restituida disponible para la contracción de las fibras musculares. Además se necesitan pequeñas cantidades
de energía para volver a llevar los iones calcio del sarcoplasma al retículo
sarcoplasmático y para la bomba de sodio-potasio que actúa a nivel de la
membrana de la fibra muscular.
Únicamente las moléculas de ATP pueden utilizarse como fuente última
de energía para la contracción de la fibra muscular. Sin embargo, su reserva
dentro de la fibra es muy limitada y solamente resulta suficiente para unas
pocas contracciones. Nos encontramos por tanto ante la necesidad de reponer la reserva de ATP para la resíntesis.
El proceso de resíntesis del ATP
Se produce por medio de tres vías que presentan características diferentes
y se utilizan de forma complementaria en función de la intensidad y la duración del ejercicio muscular.
Los parámetros que debemos considerar para cada una de las tres vías son
éstos:
METODOLOGÍA Y PROGRAMACIÓN
DEL ENTRENAMIENTO
La periodización del entrenamiento trata de englobar los diferentes aspectos del entrenamiento a corto, medio y largo plazo, y tiene como objetivo la
consecución de rendimientos máximos en las fechas preestablecidas en base
al calendario competitivo.
Algunos conceptos y principios, que se derivan de la práctica de campo,
son común y generalmente aceptados en todas las disciplinas deportivas. Los
que utilizan con mayor frecuencia la mayoría de los autores que han escrito
sobre la metodología del entrenamiento son los siguientes:
1) Continuidad en el entrenamiento,
2) Progresión en la carga,
3) Unidad y alternancia entre carga y recuperación,
4) Variación en la tipología de la carga y correcta sucesión,
5) Estructura cíclica.
Antes de continuar, es necesario aclarar el concepto de carga.
La carga es el estímulo adecuado que hay que producir sobre los diversos
órganos y sistemas del deportista, las adaptaciones que le permiten mejorar
sus rendimientos, en un proceso que, en parte, también se puede explicar a
partir de datos experimentales de carácter biológico. Podemos identificar diferentes características, que hay que tener en cuenta en la programación del
entrenamiento.
Las características de especificidad de la carga se atribuyen a los ejercicios
que son muy similares o que coinciden con el gesto específico de competición
desde el punto de vista biomecánico o técnico-táctico. Las finalidades de la
carga pueden variar dependiendo del esfuerzo metabólico prevalente: aeróbico, anaeróbico, mixto, de tipo catabólico-anabólico u otros.
LA FUERZA
La fuerza muscular es la capacidad física del ser humano que permite
vencer una resistencia u oponerse a ella con un esfuerzo de la tensión muscular.
En la práctica, el concepto de fuerza se utiliza para explicar la característica fundamental del movimiento arbitrario de un individuo en el cumplimiento de una acción motriz concreta.
Desde el punto de vista fisiológico, los factores que limitan la fuerza son
éstos:
– El diámetro transversal de los músculos y, por tanto, su dimensión;
– La frecuencia de impulsos que las motoneuronas transmiten a los músculos.
– El nivel de sincronización de las unidades motrices.
Las personas sedentarias no logran utilizar al mismo tiempo más del 30-
50% de sus unidades (65), mientras que las personas particularmente entrenadas y dotadas pueden emplear casi la totalidad de las unidades motrices
disponibles, activadas sincrónicamente en esfuerzos máximos.
3.1. FACTORES QUE FAVORECEN EL AUMENTO DE LA FUERZA
3.1.1. LA PUESTA EN MARCHA
Se sabe que un músculo se contrae tanto más rápida e intensamente cuanto mayor es la temperatura corporal y cuanto más reducida es la duración del
estado activo del músculo después del estímulo. Por consiguiente, la intensidad y la duración de la tensión o de la actividad muscular aumentan
LA RESISTENCIA
Es la capacidad del organismo para resistir la fatiga en esfuerzos de larga
duración. Además, la capacidad de resistencia se caracteriza por la máxima
economía de las funciones. Comienza ya a adquirir relevancia, aunque sea de
forma mínima, en actividades deportivas que impliquen un esfuerzo continuo y de más de 10 segundos de duración.
Normalmente, se distinguen cinco formas de resistencia:
– Resistencia a la fuerza (fuerza resistencia).
– Resistencia a la velocidad (velocidad resistencia) (de 4-6 seg. a 30-35 seg).
– Resistencia de corta duración (35 seg- 2 min).
– Resistencia de duración media ( 2 min-10 min).
– Resistencia de larga duración 1° ( 10 min- 20 min).
– Resistencia de larga duración 2° (20 min- 30/40 min).
– Resistencia de larga duración 3° (30/40 min- 60 min).
– Resistencia de larga duración 4° (más de 60 min).
De cualquier forma, el concepto “resistencia general” es bastante difuso y
se refiere a la capacidad para trabajar durante un periodo extenso a un nivel
inferior al consumo máximo de oxígeno (V
.
O2 máx.) y a un ritmo constante.
Además, cuando se trata de la intervención de los músculos en una determinada actividad motriz, la clasificación es otra:
– Resistencia local, cuando la actividad motriz requiere la participación de
hasta 1/3 de todos los músculos en el trabajo de resistencia.
– Resistencia regional, cuando la participación en el trabajo de resistencia
llega a implicar 2/3 de todos los músculos.
– Resistencia total, cuando la participación en el trabajo de resistencia supera los 2/3 de todos los músculos
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