sábado, 14 de mayo de 2011

habitos motores

Dentro de la preparación del deportista, es usual considerar como una dirección fundamental de trabajo la relacionada con el perfeccionamiento de la técnica de los movimientos que le imprimen carácter específico, o lo que resulta igual, prestar atención al proceso de formación de los hábitos motores.
El hábito motor se relaciona con la estructura de los movimientos, encierra su “dibujo” en la conciencia del ejecutor e incorpora, además, a la coordinación del trabajo y su correspondencia con la actividad de las funciones vegetativas, es decir, respiratorias, circulatorias y de intercambio energético.
El nivel de perfección de un hábito motor puede ser establecido por el registro de la intensidad y simultaneidad del esfuerzo físico realizado, por la exactitud u la limpieza en la ejecución de los movimientos, por el resultado de la acción motora y, también, por vía del análisis biomecánico y fisiológico de la coordinación del acto motor y los procesos vegetativos.
La formación del hábito motor transita por tres etapas o estadios que se presentan de manera consecutiva. Primero, el movimiento se realiza con inseguridad y solo de manera aproximada se corresponde con la tarea motora planteada, acompañándose de esfuerzos musculares indiscriminados, en los que participan grupos musculares ajenos a la acción, lo que provoca un sustancial aumento del gasto energético. Esta etapa se caracteriza por la irradiación de la excitación en el sistema nerviosos central y, en consecuencia con ello, la insuficiente coordinación motora conduce a la realización de movimientos innecesarios.
La siguiente etapa se caracteriza porque las exigencias del movimiento se cumplen con mayor perfección y ante un gasto energético cada vez menor. La excitación en el sistema nerviosos central tiende a concentrarse en los centros específicos que regulan la acción motora y el gasto energético se reduce proporcionalmente.
Por último, en la tercera etapa el movimiento se estabiliza iniciándose el cumplimiento del estereotipo dinámico. Para esta etapa es característica la automatización del movimiento, lo que se acompaña con la excitación localizada exclusivamente en los centros nerviosos que participan en la regulación de la acción motora y resulta mínimo el gasto energético indispensable para su realización.
La duración de cada una de estas etapas, presentes en el proceso de formación del hábito motor, y particularmente los cambios en las características de la excitación en el sistema nerviosos central, se corresponden con la dinámica de formación de los reflejos condicionados, lo que permite relacionar el proceso con la estructuración de los estereotipos dinámicos. La generalización de la excitación en la primera etapa de formación del hábito motor se vincula con el predominio más o menos acentuado del componente de orientación en tanto que ejercicio que se ejecuta sea nuevo y original. Durante el primer y segundo estadios, la realización del movimiento se acompaña de un discurso interno, para sí, es decir, se piensa en movimiento, tanto en sus partes componentes como en la totalidad, lo que quiere decir que el segundo sistema de señales es empleado para ir trazando la ejecución del movimiento.
Cuando se alcanza la automatización del movimiento, tercera etapa del proceso de formación del hábito motor, junto a la localización en los centros nerviosos específicos aparece el proceso inhibitorio que garantiza que la excitación de las estructuras nerviosas sea limitada. La inhibición abarca los centros nerviosos que regulan la palabra y, como consecuencia de ello, la ejecución del movimiento no se acompaña de su estructuración en el pensamiento. El discurso interno se limita a la estructuración del inicio del movimiento y, aún esto, llega a desaparecer totalmente.
Resulta indispensable tener en cuenta que el inicio de la formación de un hábito motor debe ser considerado tan condicionado como nueva sea la utilización, en su formación, de la experiencia motora anterior. Esta interpretación no resulta novedosa en la práctica deportiva.
Parte de la experiencia motora anterior puede ser extrapolada, es decir, dirigida hacia la formación del nuevo movimiento. Sin embargo, la otra parte puede constituir un serio obstáculo para la formación del hábito y, por lo tanto, debe ser inhibida.
Gracias a la experiencia motora anterior, la primera etapa del proceso de formación del hábito motor suele transcurrir con gran rapidez y, en muchas ocasiones, no es necesaria su presencia. El movimiento se realiza con bastante corrección y se produce un perfeccionamiento progresivo, en correspondencia con las características de la segunda etapa. Cuando esto ocurre prácticamente no aparece la generalización de la excitación en el sistema nervioso central y no se manifiestan reacciones de orientación hacia lo novedoso que encierra la acción motora ya que el nuevo movimiento es análogo a los actos motores antes dominados. Este proceso se conoce como transferencia de hábitos durante la enseñanza de los ejercicios.
Cuando se analizan las características de la tercera etapa de formación de los hábitos motores, debe señalarse que el grado de automatización de los movimientos no es igual en todos los deportes, estando ello determinado por el nivel de complejidad y diversidad de coordinación que se requiera. Mientras más cercana se encuentre la exigencia técnica de las particularidades dinámicas del movimiento natural mayor será el nivel de automatización posible.
La carrera, por ejemplo, que incorpora una gran cantidad de movimientos automatizados se caracteriza por presentar una técnica muy próxima al movimiento natural, que le resulta conocido al hombre desde los primeros años de vida. En la natación el nivel de automatización es considerablemente menor ya que las particularidades de su técnica se diferencian sustancialmente de las formas de locomoción propias del hombre, que se aprenden mucho antes de la iniciación deportiva, ya sea mediante la educación física o a través del entrenamiento deportivo. También resulta menor la automatización de los ejercicios de gimnasia artística, deporte que se caracteriza por la organización y montaje de una rutina de movimientos nuevos para cada competencia.
Tratar de lograr un nivel de automatización superior al realmente indispensable no resulta recomendable ya que puede conducir al entorpecimiento del propio movimiento y a la pérdida del control preciso que este requiere, o lo que resulta igual, hacia una menor perfección en su ejecución.
Es importante tener en cuenta, además, que en la medida en que el movimiento alcanza un mayor nivel de profundización en su automatización, más difícil será introducir correcciones o modificaciones en su realización. La profunda automatización de la ejecución de un movimiento, partiendo de la experiencia motora anterior, puede convertirse en un obstáculo para la creación de nuevos movimientos de una estructura similar, constituyendo una fuente negativa para la transferencia de hábitos. Se puede concluir, por tanto, que aunque para el dominio de la técnica de un movimiento la automatización es indispensable, al mismo tiempo puede generar interferencias negativas cuando la metodología empleada para lograrla resulta irracional.
En cualquier proceso de enseñanza de un movimiento deportivo se pueden distinguir las fases de iniciación, fijación y perfeccionamiento. Junto a ello, una tarea motora puede ser resuelta por las más diversas combinaciones de trabajo de diferentes grupos musculares y las más variadas alteraciones del funcionamiento vegetativo. El perfeccionamiento del movimiento reclama la combinación de un elevado nivel de variabilidad de las funciones orgánicas con una escalonada estabilización y movilidad de las funciones, lo que permite asegurar el resultado positivo de las sesiones de entrenamiento y del éxito competitivo.
La dinámica del perfeccionamiento de un movimiento aislado transita por la vía de la interacción de muchos hábitos motores en el proceso de entrenamiento, que se perfeccionan en determinado momento. Así, durante el juego, el jugador de fútbol puede aplicar un golpe al balón que no haya entrenado anteriormente y que constituya el resultado de la extrapolación de dos o más hábitos, partes de los cuales, en relación con la nueva necesidad, son utilizados en una nueva combinación. Como resultado aparece un nuevo hábito “sobre la marcha”.
La formación del hábito motor está relacionada con el correspondiente ritmo de la excitación en las diferentes estructuras neuro-musculares que participan en la acción motora y también con la adecuada y armónica combinación de las funciones motoras y vegetativas. Una característica muy importante, durante la ejercitación física, es la diversidad de la tensión funcional del organismo del atleta y la heterocronicidad en la combinación de las funciones de los diferentes sistemas.

mesociclos, macrociclos

1. MACROCICLO
Por su duración pueden ser cuatrimestrales, semestrales o anuales, esto en función del deporte en cuestión, nivel de rendimiento del atleta, número de competencias a realizar, etcétera.

El macro ciclo está constituido por tres períodos (preparatorio, competitivo y de transición), y se concibe como un sistema de meso ciclos y estos a su vez como un sistema de micro ciclos.

Ejemplo de la periodización del entrenamiento para un Aroman.
Periodo competitivo (COMPET); etapa precompetitiva (EPRE); etapa competitiva (EC). Meso ciclos (MES) de introducción (INT); básico general (BG); básico específico (BE); precompetitivo (PRE); competitivo (MC). Micro ciclo (m).

1.1.- PERÍODO PREPARATORIO
En el período preparatorio se desarrolla y adquiere la forma deportiva. Este período se subdivide en dos etapas que son:

1.1.1. - La etapa de preparación general
En esta etapa de entrenamiento se crea una base para el trabajo de mayor intensidad que se desarrollará en etapas de entrenamiento posteriores.

Se caracteriza porque en ella el volumen de trabajo es alto y la intensidad baja. Predomina el entrenamiento aerobio en la mayoría de los deportes.

1.1.2. -La etapa de preparación especial
En esta etapa los atletas continúan desarrollando su base aerobia, sin embargo se debe comenzar a desarrollar las capacidades físicas especiales del deporte y manteniendo el nivel de desarrollo alcanzado en sus capacidades físicas generales.

Las cargas de entrenamiento, durante esta etapa, continúan creciendo pero sobre todo, se eleva la intensidad de los ejercicios, lo cual se refleja en el incremento de la velocidad, el ritmo y la explosividad.

Parcialmente el entrenamiento aerobio se entrena en zonas mixtas (anaerobio-aerobio).

1.2. - PERÍODO COMPETITIVO
El propósito fundamental de este período es mantener la forma deportiva alcanzada durante todo el período preparatorio y aplicarla para la consecución de logros deportivos.

Las competencias deben ser consideradas de la siguiente manera: primero, como la prueba final de sus planes de entrenamiento; y segundo, para evaluar a los atletas en las situaciones que son imposibles de repetir en ambientes de entrenamiento.

Sólo en competencias, es cuando los atletas enfrentan a un oponente y experimentan niveles de tensión que pueden ocasionar respuestas inapropiadas y emociones tales como enojo, frustración y temor.

1.3. - PERÍODO DE TRANSICIÓN
Se incluye tal período para evitar la conversión del efecto acumulativo del entrenamiento en sobre entrenamiento y asegurar la sujeción a un régimen suficientemente prolongado en el que no se plantean exigencias elevadas a las posibilidades funcionales y de adaptación del organismo.

En el período de transición se pierde temporalmente la forma deportiva pero no se trata de una pausa o de una suspensión del proceso de entrenamiento.



Representación gráfica de la periodización simple que recibe un atleta del CNAR (Centro Nacional de Desarrollo de Talentos Deportivos y Alto Rendimiento) de México

2. MESOCICLOS
Los meso ciclos o ciclos medios, son estructuras de organización del entrenamiento y están integrados por micro ciclos de diferentes tipos; el número de estos se determina por la cantidad de objetivos a lograr y la cantidad de tareas que deben de cumplirse.

Ejemplo de meso ciclos - Carga- Supe compensación -Carga

Un meso ciclo incluye como mínimo dos micro ciclos. En la práctica los meso ciclos con frecuencia están formados por tres a seis micro ciclos y poseen una durabilidad próxima a la mensual.

Los meso ciclos se clasifican en dos grandes grupos: fundamentales y típicos.

2.1. - MESOCICLOS FUNDAMENTALES

2.1.1. - Los Meso ciclos de Base:
Constituyen el tipo primordial de meso ciclo del período preparatorio. Ellos permiten fundamentalmente el aumento de las posibilidades funcionales del organismo de los atletas, la formación de nuevos hábitos motores y la transformación de los asimilados con anterioridad.

2.1.2. - Los Meso ciclos de desarrollo.
Son muy importantes, ya que en ellos el deportista pasa a adquirir un nuevo y más elevado nivel en la capacidad de trabajo.

En el marco de esos meso ciclos ocurre la elevación de las cargas de entrenamiento fundamentalmente del volumen y de la formación de nuevos hábitos motores sobre todo cuando se utiliza durante la etapa de preparación general.

2.1.3. - Los Meso ciclos de estabilización.
Se caracterizan por la interrupción temporal del incremento de las cargas sin que tenga que ocurrir una disminución de sus componentes, lo que contribuye a la fijación de las reestructuraciones crónica de adaptación del organismo de los deportistas.

2.1.4. - Los Meso ciclos Competitivos.
Constituyen el tipo fundamental de los ciclos medios durante el período competitivo.

2.2.- MESOCICLOS TÍPICOS
En estos meso ciclos es característico establecer una intensidad baja, y el volumen puede ser muy elevado, sobre todo cuando se trata de deportes de resistencia.

Se los denomina como: Meso ciclos de Control Preparatorio, de Pulimento, Recupera torios–Preparatorios, de Choque Intensivo, Recupera torios–Mantenimiento.

3. MICROCICLOS
Los micro ciclos o ciclos pequeños son estructuras de organización del entrenamiento y están constituidos por las sesiones de entrenamiento.

Con frecuencia, pero no siempre, el micro ciclos duran una semana (ciclos semanales).

Por sus características el micro ciclos se dividen en tres grupos fundamentales:

3.1. - MICROCICLOS DE ENTRENAMIENTO.
Por la dirección de su contenido pueden ser de preparación general y de preparación especial, ambos se utilizan a lo largo de todo el macro ciclo de entrenamiento, la diferencia radica en los objetivos que se pretenden lograr.

Los primeros son muy utilizados al comienzo del período preparatorio y en alguna otra etapa. Se relacionan con el incremento de la preparación física general del deportista. Mientras que los segundos, de preparación especial, son más utilizados en la etapa de preparación especial y en la preparación que antecede las competencias; ambos tipos se representan en dos variantes fundamentales: ordinarios y de choque.

Micro ciclos Básicos o Corrientes.
Se caracterizan por un aumento uniforme de las cargas atendiendo principalmente al volumen y por un nivel limitado de la intensidad en la mayoría de las unidades de entrenamiento.

Microciclos de Choque.
Es aquel que rompe con la rutina del entrenamiento y obliga al organismo a reaccionar, a adaptarse. Tiene elevados volúmenes de carga, tanto en volumen como en intensidad.

Micro ciclos recupera torios o de Supe compensación.
Son utilizados preferentemente luego de competencias fuertes, de alta tensión emocional o al final de una serie de micro ciclos de entrenamiento, sobre todo después de los de choque.



vias energeticas

LAS VÍAS ENERGÉTICAS
En la contracción muscular, la energía química se transforma en energía
mecánica. Esta transformación se produce a nivel de los miofilamentos. La
energía química la proporciona el ATP (figura 1.1) que es degradado a ADP
por hidrólisis con liberación de energía según la siguiente fórmula:
ATP + H2O = ADP + H+
+ P + E
En esta fórmula E representa la energía restituida disponible para la contracción de las fibras musculares. Además se necesitan pequeñas cantidades
de energía para volver a llevar los iones calcio del sarcoplasma al retículo
sarcoplasmático y para la bomba de sodio-potasio que actúa a nivel de la
membrana de la fibra muscular.
Únicamente las moléculas de ATP pueden utilizarse como fuente última
de energía para la contracción de la fibra muscular. Sin embargo, su reserva
dentro de la fibra es muy limitada y solamente resulta suficiente para unas
pocas contracciones. Nos encontramos por tanto ante la necesidad de reponer la reserva de ATP para la resíntesis.
El proceso de resíntesis del ATP
Se produce por medio de tres vías que presentan características diferentes
y se utilizan de forma complementaria en función de la intensidad y la duración del ejercicio muscular.
Los parámetros que debemos considerar para cada una de las tres vías son
éstos:

METODOLOGÍA Y PROGRAMACIÓN
DEL ENTRENAMIENTO
La periodización del entrenamiento trata de englobar los diferentes aspectos del entrenamiento a corto, medio y largo plazo, y tiene como objetivo la
consecución de rendimientos máximos en las fechas preestablecidas en base
al calendario competitivo.
Algunos conceptos y principios, que se derivan de la práctica de campo,
son común y generalmente aceptados en todas las disciplinas deportivas. Los
que utilizan con mayor frecuencia la mayoría de los autores que han escrito
sobre la metodología del entrenamiento son los siguientes:
1) Continuidad en el entrenamiento,
2) Progresión en la carga,
3) Unidad y alternancia entre carga y recuperación,
4) Variación en la tipología de la carga y correcta sucesión,
5) Estructura cíclica.
Antes de continuar, es necesario aclarar el concepto de carga.
La carga es el estímulo adecuado que hay que producir sobre los diversos
órganos y sistemas del deportista, las adaptaciones que le permiten mejorar
sus rendimientos, en un proceso que, en parte, también se puede explicar a
partir de datos experimentales de carácter biológico. Podemos identificar diferentes características, que hay que tener en cuenta en la programación del
entrenamiento.
Las características de especificidad de la carga se atribuyen a los ejercicios
que son muy similares o que coinciden con el gesto específico de competición
desde el punto de vista biomecánico o técnico-táctico. Las finalidades de la
carga pueden variar dependiendo del esfuerzo metabólico prevalente: aeróbico, anaeróbico, mixto, de tipo catabólico-anabólico u otros.

LA FUERZA
La fuerza muscular es la capacidad física del ser humano que permite
vencer una resistencia u oponerse a ella con un esfuerzo de la tensión muscular.
En la práctica, el concepto de fuerza se utiliza para explicar la característica fundamental del movimiento arbitrario de un individuo en el cumplimiento de una acción motriz concreta.
Desde el punto de vista fisiológico, los factores que limitan la fuerza son
éstos:
– El diámetro transversal de los músculos y, por tanto, su dimensión;
– La frecuencia de impulsos que las motoneuronas transmiten a los músculos.
– El nivel de sincronización de las unidades motrices.
Las personas sedentarias no logran utilizar al mismo tiempo más del 30-
50% de sus unidades (65), mientras que las personas particularmente entrenadas y dotadas pueden emplear casi la totalidad de las unidades motrices
disponibles, activadas sincrónicamente en esfuerzos máximos.

3.1. FACTORES QUE FAVORECEN EL AUMENTO DE LA FUERZA
3.1.1. LA PUESTA EN MARCHA
Se sabe que un músculo se contrae tanto más rápida e intensamente cuanto mayor es la temperatura corporal y cuanto más reducida es la duración del
estado activo del músculo después del estímulo. Por consiguiente, la intensidad y la duración de la tensión o de la actividad muscular aumentan

LA RESISTENCIA
Es la capacidad del organismo para resistir la fatiga en esfuerzos de larga
duración. Además, la capacidad de resistencia se caracteriza por la máxima
economía de las funciones. Comienza ya a adquirir relevancia, aunque sea de
forma mínima, en actividades deportivas que impliquen un esfuerzo continuo y de más de 10 segundos de duración.
Normalmente, se distinguen cinco formas de resistencia:
– Resistencia a la fuerza (fuerza resistencia).
– Resistencia a la velocidad (velocidad resistencia) (de 4-6 seg. a 30-35 seg).
– Resistencia de corta duración (35 seg- 2 min).
– Resistencia de duración media ( 2 min-10 min).
– Resistencia de larga duración 1° ( 10 min- 20 min).
– Resistencia de larga duración 2° (20 min- 30/40 min).
– Resistencia de larga duración 3° (30/40 min- 60 min).
– Resistencia de larga duración 4° (más de 60 min).
De cualquier forma, el concepto “resistencia general” es bastante difuso y
se refiere a la capacidad para trabajar durante un periodo extenso a un nivel
inferior al consumo máximo de oxígeno (V
.
O2 máx.) y a un ritmo constante.
Además, cuando se trata de la intervención de los músculos en una determinada actividad motriz, la clasificación es otra:
– Resistencia local, cuando la actividad motriz requiere la participación de
hasta 1/3 de todos los músculos en el trabajo de resistencia.
– Resistencia regional, cuando la participación en el trabajo de resistencia
llega a implicar 2/3 de todos los músculos.
– Resistencia total, cuando la participación en el trabajo de resistencia supera los 2/3 de todos los músculos

entrenamiento deportivo

Podemos definir el entrenamiento deportivo de muchas formas, dependiendo del autor. Nosotros nos quedamos con esta definición de Mora Vicente 1995 (Teoría y Práctica del acondicionamiento físico, Ed. Coplee Andalucía, 1995).

"El entrenamiento deportivo es un proceso planificado y complejo que organiza cargas de trabajo progresivamente crecientes destinadas a estimular los procesos fisiológicos de supe compensación del organismo, favoreciendo el desarrollo de las diferentes capacidades y cualidades físicas, con el objetivo de promover y consolidar el rendimiento deportivo."

A continuación vamos a explicar la definición de entrenamiento deportivo...

1. Proceso planificado y complejo: El entrenamiento debe planificarse desde el principio hasta el final para conseguir alcanzar los objetivos en cada fase (micro ciclos, meso ciclos y macro ciclos) y para cada capacidad física. Es un proceso complejo pues los efectos del entrenamiento no son ni inmediatos (pueden pasar semanas hasta verlos) ni duraderos (el efecto residual de cada capacidad es limitado).

2. Organiza cargas de entrenamiento: La carga es un estímulo que desequilibra al organismo y provoca efectos de adaptación. Las cargas vienen definidas por el tipo de ejercicio físico y otros parámetros como: volumen, intensidad, densidad y especificidad.

3. Cargas progresivamente crecientes: La planificación del entrenamiento permite emplear cada vez cargas más altas. Cuando el organismo se recupera, se adapta y aumenta su nivel morfo – funcional, pudiendo ser mayor la siguiente carga.

4. Estimulan supe compensación: Procesos fisiológicos que como consecuencia de la aplicación de una carga que desequilibra el organismo y tras un tiempo de recuperación, provocan un aumento del nivel inicial del mismo. El cuerpo tras descansar aumenta su nivel.

5. Desarrollo de las diferentes capacidades y cualidades: La supe compensación tiene como por objeto aumentar el nivel de las capacidades (fuerza, resistencia, velocidad y flexibilidad, potencia y agilidad) y cualidades físicas (coordinación y equilibrio) del deportista.

6. Objetivo aumentar el rendimiento deportivo: La mejora de las capacidades y cualidades físicas pretenden mejorar el rendimiento deportivo.

capacidades coordinativas

Durante décadas, los entrenadores fijaron su atención en las capacidades condicionales: la fuerza, la resistencia y la velocidad. Con el tiempo y frente a un escenario cada vez más competitivo, los investigadores ampliaron su horizonte hacia otras capacidades íntimamente relacionadas con el sistema nervioso. Estas cualidades, conocidas hoy como capacidades coordinativas, permiten al deportista realizar los movimientos con precisión, economía y eficacia.
Jacob (1990) asume tres funciones básicas de las capacidades coordinativas:
Como elemento que condiciona la vida en general
Como elemento que condiciona el aprendizaje motor
Como elemento que condiciona el alto rendimiento deportivo
Las capacidades coordinativas son sin duda un elemento importantísimo a la hora de planificar el entrenamiento tanto en los deportes individuales como de conjunto, ya que si bien algunas de ellas no parecen jugar un papel decisivo en los deportes de equipo, otras en cambio pueden llegar a ser de capital importancia, como veremos a continuación.
Actualmente, la clasificación más aceptada comprende seis capacidades. Ustedes van a encontrarse con siete, ya que considero a la relajación como una capacidad coordinativa. Saquen ustedes sus propias conclusiones. La lista es la siguiente:

Diferenciación: es la capacidad de lograr una coordinación muy fina de fases motoras y movimientos parciales individuales, la cual se manifiesta en una gran exactitud y economía del movimiento total. Imaginen a un saltador de garrocha (pértiga) realizando su salto, moviendo cada segmento de su cuerpo en forma diferencial a medida que avanza hacia el listón, salta y cae sobre el colchón.

Acoplamiento: es la capacidad de coordinar movimientos parciales del cuerpo entre si y en relación del movimiento total que se realiza para obtener un objetivo motor determinado. El nado sincronizado o la gimnasia rítmica o artística pueden quizá ser los mayores exponentes.

Orientación: es la capacidad de determinar la posición y los movimientos del cuerpo en el espacio y el tiempo, en relación a un campo de acción definido y/o a un objeto en movimiento. He aquí una capacidad fundamental para deportes de conjunto como el hockey.

Equilibrio: es la capacidad de mantener o recuperar la posición del cuerpo durante la ejecución de posiciones estáticas o en movimiento. Esta capacidad varía mucho según la disciplina, pero puede verse en su plenitud en deportes tales como el ciclismo o el esquí.

Cambio: Es la capacidad de adaptación de un individuo a las nuevas situaciones que se presentan durante la ejecución de una actividad física que presenta numerar interferencias del entorno. Otra capacidad íntimamente relacionada con los deportes con pelota, donde el jugador analiza constantemente la situación de sus compañeros y adversarios, además de la suya propia.

Ritmo: Es la capacidad de producir mediante el movimiento un ritmo externo o interno del ejecutante / La repetición regular o periódica de una estructura ordenada. Obviamente, no hablamos de bailar bien cuando hablamos de ritmo, sino de poseer un “sentido del ritmo”. En carreras como la maratón, este sentido del ritmo es fundamental.

Relajación: es la capacidad de relajar (liberar de tensión) de forma voluntaria a la musculatura. Piensen en un tirador, quien debe liberarse de tensión a tal nivel que consiga disminuir su ritmo cardíaco para encontrar el mejor momento para disparar.
Algunos autores agregan la agilidad, la habilidad, la rapidez, la flexibilidad, la coordinación, etc. Más allá de la discusión que pueda presentarse en el campo de la teoría, está claro que en la práctica deportiva aparecen procesos nerviosos que ocurren fuera del plano de las capacidades condicionales. Es importante conocer nuestro deporte y conocer las capacidades coordinativas sobre las que se sostiene. Porque si lo que pretendemos alcanzar es la victoria deportiva, no conviene dejar nada librado al azar.

principios del entrenamiento deportivo

No importa si se trata de un maratonista, un futbolista o un nadador: el entrenamiento de todo deportista esta sometido a una serie de prinicipios que deben ser tenidos en cuenta al momento de planificar tanto el año competitivo como la sesión del día. Tan importante son estos principios que no hace falta más que olvidarse de uno solo para que todo se derrumbe. De hecho, si a la hora de realizar un análisis de nuestro trabajo a fin de año vemos algunos inconvenientes, es muy probable que el motivo se encuentre en una falla en los principios del entrenamiento deportivo.
La mayoría de los autores concuerdan en varios de ellos, y no dudan en señalar que se trata del resultado de años de experiencia e investigación. No tomarlos en cuenta es un pecado capital, y aquel entrenador que no los practique esta condenado al fracaso. La bibliografía acuerda en señalar los siguientes principios biológicos:

Principio de la unidad funcional
Nuestro organismo funciona como un todo, de manera tal que todos los órganos y sistemas están interrelacionados de tal forma que si uno falla es imposible continuar. Por eso, el entrenamiento debe contemplar el desarrollo de todos los sistemas, como así también la manera en que se relacionan.

Principio de la especificidad
El entrenamiento debe ser específico, tratando de reproducir lo más fielmente posible las condiciones reales de la competencia. En los deportes de conjunto es de capital importancia abandonar la clásica preparación física basada en el atletismo y empezar a buscar metodologías propias.

Principio de la sobrecarga
Este principio también es conocido como principio del umbral, y hace referencia al tipo de carga que se lleva a cabo durante una sesión. Si la carga es la adecuada y dá en el umbral, se producen mejoras. Cuando la carga es ineficaz y no llega a ese umbral, el entrenamiento no produce mejores. Finalmente, cuando la carga es muy alta y sobrepasa el umbral, no sólo no hay mejoras sino que además puede haber retrocesos.

Principio de la supercompensación
Se trata de un principio básico del entrenamiento. Cuando aplicamos una carga eficaz, nuestro organismo se adapta y luego de la recuperación consigue un estadío más alto, lo cual le permite afrontar una carga ligeramente superior. La aplicación de varias cargas eficaces hace que se eleve el estado de forma a través del fenómeno conocido como “supercompensación”.

Principio de la continuidad
Si el entrenamiento se interrumpe, se pierde lo obtenido. Si hay una lesión, habrá que arbitrar los medios para trabajar con el resto del cuerpo pero la consigna siempre será tratar de no parar el entrenamiento. La recuperación también es importante en este principio, porque si no se respeta pueden aparecer lesiones que atenten contra la continuidad del entrenamiento.

Principio de la recuperación
Es necesario entender un concepto clave en el entrenamiento deportivo: la recuperación es parte del entrenamiento. Y tiene quizá más importancia incluso que la etapa activa. No hay que olvidarse de que todos los fenómenos de reconstrucción plástica se dan en esta etapa. Cuando yo entreno, estoy rompiendo fibra muscular.  Cuando yo recupero, estoy sanando y agregando algo más de material para fortalecer aquellas zonas de mayor demanda. Este proceso se llama “adaptación”, y para que se produzca necesita que se respeten al pie de la letra los tiempos, las formas y los medios de recuperación.

Principio de la individualidad
Cada persona es única. No sólo sus características morfológicas y fisiológicas son diferentes, el hombre es algo más que la suma de éstas partes. Es un error esperar reacciones idénticas entre dos individuos que realizan el mismo trabajo. Experiencias realizadas con gemelos idénticos lo dan demostrado. Este principio es fundamental porque indica que no se trata simplemente de repetir trabajos o de copiar trabajos. Las respuestas de los deportistas siempre tendrán variaciones, y en algunos casos serán muy grandes.
Existe otra serie de principios, los pedagógicos, que los dejaremos para otra ocasión. Recordemos que en este caso hacemos una breve revisión de la bibliografía, examinando los principales principios del entrenamiento deportivo. Algunos autores presentan sus propios principios y todos son válidos, lo importante es no olvidarlos ya que son la verdadera base del entrenamiento.